Vicente Ruiz -Director Área de Consultoría
Los acontecimientos que nos sacuden (reales), y el ruido y la nube de polvo que los envuelve (creados de manera premeditada), están llevándonos a situaciones que nunca hubiéramos pensado vivir, confinamiento, aislamiento social, cierre de negocios, disminución de la actividad productiva, ERTES, mascarillas, …
La palabra que creo que mejor define la situación actual es “incertidumbre” y ésta la tenemos en todos los planos de la vida, pero sobre todo en el laboral y en el personal, donde nos está calando hasta las capas más profundas de nuestra epidermis.
Personalmente pienso que estamos ante un cambio importante, como un cambio de paradigma. No hemos llegado hasta aquí para luego volver a la situación de partida. Esta palanca de cambio, que ha venido de la mano de la salud y que denominamos pandemia, va a dejar surcos en todos los niveles, donde va a ser necesario aplicar nuevos métodos, herramientas y sobre todo nuevas mentalidades para poder alcanzar el nuevo punto de equilibrio en el que como sociedad organizada nos encontremos cómodos y seguros.
Esta capacidad de cubrir los surcos, de adaptación frente a lo que no esperábamos y de recuperación de un nuevo estado de equilibrio para nuestros sistemas, se ha dado por denominar “resiliencia”, un nuevo anglicismo a incorporar a nuestro vocabulario.
Desde un punto de vista personal la lenta vuelta a la socialización, que será diferente a la que manteníamos hasta ahora, parece el aspecto clave para (re)encontrar el equilibrio deseado somos seres sociales. Desde el punto de vista laboral y de mantenimiento de nuestras estructuras productivas, parece que la reflexión basada en la información y en la participación de todos los agentes implicados va a permitir la flexibilidad suficiente para que nuestros negocios tengan la resiliencia necesaria, mientras encontramos un nuevo punto de equilibrio.
Nosotros, como consultores, tenemos un papel dinamizador en todo este proceso de transformación, nuestro acompañamiento en la reflexión contribuye a orientar y a dar flexibilidad a los diferentes procesos que se desarrollan en las organizaciones. No tenemos la solución a los problemas, pero disponemos de las herramientas que contribuyen a resolver muchos de ellos con el apoyo de quienes realmente lo estáis sufriendo, a través de compartir conocimiento, experiencia y toma de decisiones.
Es un hecho constatable que las organizaciones que más rápido y con mayor solidez han superado situaciones adversas, como la que estamos viviendo actualmente, se han apoyado en personas facilitadoras en los procesos de análisis, reflexión y puesta en marcha de las acciones, así como en el de apoyo en la toma de decisiones. Consultores que en base a la confianza y la experiencia han sido piezas clave para los equipos de dirección.
Robustecer la capacidad de adaptación y transformación de tu organización: la de sus procesos, la de tu equipo y la tuya, pasa por contar con una consultoría de confianza. No permitas que el ruido y el polvo que otros generan te distraiga del camino de la mejora en la gestión y del éxito en los resultados de tu empresa.