La cifra de guipuzcoanos que declara más de 90.000 euros se reduce un 7% debido al Covid

¿Cómo impactó la pandemia en los contribuyentes guipuzcoanos? ¿Afectó el Covid por igual a las rentas medias que a las altas? ¿Salieron los más favorecidos indemnes debido a que tienen recursos para esquivar las crisis? Según los últimos datos publicados por el departamento de la Hacienda foral, que aporta el número de declaraciones de la Renta, la base liquidable y la cuota líquida de los contribuyentes del territorio, a los que ha tenido acceso DV, la cifra de guipuzcoanos que declaró más de 90.000 euros en el ejercicio fiscal de 2020 –con las declaraciones presentadas en 2021– se redujo un 7,3% respecto al año anterior. La epidemia también golpeó a las nóminas XXL, el colectivo de los más favorecidos que ingresa más de 180.000 euros anuales, ya que menguó en 110 personas y quedó por debajo incluso del nivel de 2018 –ver tablas adjuntas–.

Fuentes del fisco, requeridos para un análisis, precisan que el descenso en el grupo de las rentas más altas está relacionado «con la pandemia y sus derivadas». Las mismas fuentes agregan que la comparativa de 2020 se realiza respecto a 2019, un año muy bueno a nivel económico en el que se tocó techo a niveles de recaudación. De hecho, en 2020 se retrocedió en esos términos a niveles de 2018.

La Hacienda foral explica que los tramos de ingresos se realizan teniendo en cuenta tanto la base general –sobre todo, rentas de trabajo y actividades económicas– como la base del ahorro –sobre todo, rendimientos de capital y ganancias patrimoniales–. En 2020 se produjo «una caída significativa de los importes declarados en la base del ahorro (19,7%), mientras que la base general aumentó un 0,2%. En el caso de las rentas superiores a 90.000 euros, la caída de la base del ahorro fue del 27,5%, mientras que la base general disminuyó sólo un 2,0%», afirman.

Preguntados por los motivos que expliquen este fuerte descenso en la base del ahorro, desde el fisco guipuzcoano lo atribuyen «fundamentalmente» a la importante bajada de las ganancias patrimoniales (30,0%). Probablemente, debido a la situación provocada por la crisis de la covid-19», sentencian.

Lo cierto es que había interés en conocer al detalle la última estadística fiscal del territorio, puesto que iba a servir de termómetro para conocer la afección que el Covid tuvo en nuestra economía y en el bolsillo de los ciudadanos. Hay que recordar que 2020 fue un antes y un después con un confinamiento severo que paralizó la actividad económica y desplomó el PIB a niveles que no se veían desde la Segunda Guerra Mundial. Además, los expedientes de regulación temporal de empleo se dispararon hasta cotas también históricas como medida para preservar el empleo.

Como segunda conclusión cabe deducir que la pandemia provocó un trasvase de las rentas altas a las medias –entre 20.000 y 60.000 euros–, que ganaron 1.309 contribuyentes. Con todo, estos límites de los ingresos establecidos para definir lo que es la clase media son tan amplios que conviene dividirlos a su vez en dos grupos. Por un lado, los que declaran entre 20.000 y 40.000 euros al año, que son 1.464 más que en 2019. Y por otro lado, los que cuentan con ingresos de entre 40.000 euros y 60.000 euros anuales, que sin embargo son menos numerosos –155 menos–.

Finalmente, en lo que respecta a las rentas bajas, hasta 20.000 euros de ingresos anuales, se ha producido otro movimiento. Si en 2019 había 171.347 personas engrosando este colectivo, un año más había 170.610, 737 menos.

Cambia la tributación de las sociedades patrimoniales

La Hacienda de Gipuzkoa ha modificado la tributación de las sociedades patrimoniales, aquellas que no se dedican a desarrollar actividades económicas sino a la administración de un patrimonio –generalmente compuesto por valores o bienes inmuebles–. Según informa la consultora Sayma, especializada en fiscalidad empresarial, estas figuras tributaban en el impuesto de Sociedades de forma específica, aplicando «una bonificación del 30% de los ingresos íntegros y sin poder deducir ningún gasto. Es decir, tributaban sobre el 70% de los ingresos a un tipo de gravamen máximo del 25% –con la escala del ahorro del IRPF–. Además, los dividendos que se pudieran repartir a sus socios estaban exentos en el IRPF».

Sin embargo, Gipuzkoa ha cambiado la tributación de estas sociedades que obtengan ingresos de empresas vinculadas o de entidades que formen parte del grupo, «excluyéndolas de este régimen de patrimoniales y pasando a tributar al régimen general, que es del 24%. Además, los dividendos volverán a a tributar en el IRPF de sus socios». El fisco foral lo ha hecho a través de la normal foral 1-2022 de marzo, «y sin que Bizkaia y Álava de momento lo contemplen».

Fuentes de Sayma afirman que cabe decir que las sociedades cuyo gasto contable real era inferior al forfait del 30% permitido por Hacienda «van a salir muy perjudicadas», mientras que aquellas que superen ese porcentaje «saldrán menos perjudicadas o incluso beneficiadas».

Desde la Hacienda foral, por su parte, explican que la medida obedece al «esfuerzo» por atajar todo tipo de «elusión fiscal», ya que esta figura era usada «por algunas empresas para eludir impuestos y reducir su factura fiscal global». El fisco aclara que en los últimos años se habían detectado «malas prácticas» en algunas compañías que al final han llevado a esta modificación fiscal en las sociedades patrimoniales.

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