Fondo de maniobra positivo
Evite problemas de liquidez verificando que el fondo de maniobra de su empresa sea positivo.
Para saber si una empresa goza de buena salud, hay que analizar si su balance está equilibrado.
En la parte relativa al activo, los bienes y derechos aparecen desglosados en dos grandes grupos: el activo no corriente (es decir, las inversiones duraderas que permiten el funcionamiento de la actividad –locales, maquinaria, etc.–) y el activo corriente (que corresponde a los créditos y derechos que su empresa puede convertir en líquidos en el corto plazo –en un período inferior a 12 meses–, como pueden ser los clientes y deudores, las existencias, o los saldos de las cuentas corrientes).
Así pues, en la parte relativa al pasivo aparecen las fuentes de financiación de todos esos bienes y derechos que se desglosan en el patrimonio neto (los fondos que los socios aportaron a la empresa y los beneficios de años anteriores que no se han distribuido), el pasivo no corriente (las deudas con vencimiento superior a un año) y el pasivo corriente (las deudas con vencimiento inferior a un año, como, por ejemplo, las deudas con proveedores).
Pues bien, es conveniente que estas “masas patrimoniales” guarden relación entre ellas en los siguientes términos:
- Hay que verificar que el patrimonio neto y las deudas a largo plazo sean similares o, mejor aún, algo superiores al activo no corriente.
- Así, la diferencia entre el resto del activo (activo corriente) y las deudas a corto plazo será positiva, de manera que será más fácil que dichas deudas se vayan pagando con el dinero generado por las propias ventas.
Hay que procurar que el balance tenga una estructura lo más parecida a la siguiente:
Activo | Pasivo | |
---|---|---|
Activo no corriente | Capital, reservas y deudas a largo plazo |
|
Activo corriente | Fondo de maniobra | |
Deudas a corto plazo |
En definitiva, conviene ser conservador hasta el punto de que una parte del activo corriente sea financiada a largo plazo. Y ello porque algunas partidas del activo corriente se acaban convirtiendo en activo no corriente (es decir, se mantienen de forma duradera en el balance):
- Por ejemplo, una empresa mantiene unas existencias que nunca han bajado de 60.000 euros y el saldo de clientes tampoco queda nunca por debajo de 100.000 euros; estos 160.000 euros acaban convirtiéndose en un saldo permanente en su activo (como si fuera un activo no corriente). Por tanto, como esa suma no se convierte en líquida, conviene financiarla a largo plazo.
- Y aunque algunas deudas a corto plazo también pueden convertirse en deudas a largo plazo (cuando el saldo promedio de proveedores nunca baja de 90.000 euros), esa financiación permanente no suele ser suficiente.
Por tanto, con los números indicados es lógico que el fondo de maniobra de esta empresa sea de al menos 70.000 euros (160.000 – 90.000). Si es inferior, aunque sea positivo, podría haber problemas de liquidez por financiar con deudas a corto plazo unos activos (los saldos permanentes de clientes y de existencias) que, en definitiva, acaban siendo activos fijos (no corrientes).
Los asesores de Sayma estudiarán sus balances y le ofrecerán consejos técnicos para equilibrar estas partidas y evitar potenciales problemas de liquidez.
Fuente: Lefebvre