La nueva guerra comercial de Trump: aranceles recíprocos, represalias globales y riesgos económicos​

Sandra Monsalve

Asesora Fiscal Internacional

En abril de 2025, el presidente Donald Trump ha reavivado las tensiones comerciales globales al implementar una política de «aranceles recíprocos». Esta medida impone un arancel base del 10% a casi todas las importaciones, con tasas más altas para países con los que Estados Unidos mantiene déficits comerciales. La administración Trump justifica esta acción como una respuesta a lo que consideran prácticas comerciales desleales y al persistente déficit comercial estadounidense, que alcanzó los 1,2 billones de dólares en 2024.​

Reacciones internacionales: represalias de la UE

La Unión Europea ha respondido aprobando aranceles del 25% sobre productos estadounidenses por un valor de 21.000 millones de euros, incluyendo almendras, zumo de naranja, soja y yates. Estas medidas están diseñadas para impactar en estados clave políticamente y estando prevista su entrada en vigor el 15 de abril. Sin embargo, y en respuesta a la moratoria de la entrada en vigor de los aranceles recíprocos, específicos por países (20% para la UE), la UE en vista de favorecer las negociaciones, ha suspendido también sus medidas de represalias por el mismo periodo de 90 días. En caso de que una vez finalizado este plazo de 90 días no se disponga nada en contrario, el paquete de medidas de reequilibro aprobado por la Comisión Europea entrará en vigor de manera automática.

¿Qué aranceles están en vigor para las importaciones a EEUU?

Hasta la fecha y teniendo en cuenta la actual prorroga de 90 días y todo ello con independencia de la ronda de negociaciones que puedan abrirse como consecuencia de la misma los aranceles que se encuentran en vigor son los siguientes:

Es importante destacar que si bien es cierto que el arancel recíproco de entre el 10% y 49% específico por países se encuentra en pausa, tanto el arancel global base del 10% como los aranceles sectoriales sí que se encuentran en vigor, y tendrán carácter acumulativo una vez el arancel base global vaya entrando en vigor para los distintos Estados.

Con el panorama actual, ¿Qué estrategia pueden adoptar las empresas exportadoras para hacer frente a esta situación?

Son muchas las empresas que se van a ver afectadas por esta nueva guerra comercial lo cual va a requerir que los negocios internacionalizados adquieran una actitud proactiva escapando de la reactividad.

El punto de partida en la estrategia de actuación se encuentra en la cadena de suministro. En este momento, es necesario que las empresas estrechen relaciones con su cadena de suministro con el fin de conocer e identificar de forma clara los costes y orígenes de sus materias primas, detectando aquellos puntos en los cuales los aranceles van a tener un impacto financiero y cuantificar el mismo. Una vez detectado el riesgo, ¿existen alternativas viables?

Lo cual nos lleva a la necesidad de identificar las alternativas y analizarlas desde el punto de vista financiero y logístico, ¿el cambio sería beneficioso?

Por otro lado, es igualmente fundamental realizar una revisión de contratos para reasignar costos arancelarios, realizar un análisis de precios de transferencia entre filiales y el aprovechamiento de zonas francas o regiones con ventajas arancelarias. Es imprescindible tener en cuenta que la inacción también supone unas consecuencias que habrá que analizar, valorando al mismo tiempo la posibilidad de trasladar costos al cliente.

Una vez definida la estrategia, la fase de planificación e implementación requerirá de flexibilidad, ajustando modelos operativos y financieros, así como los contratos con proveedores y clientes.

Teniendo siempre en cuenta que la volatilidad de las políticas arancelarias es muy alta, será imprescindible monitorear los cambios normativos internacionales y definir una estrategia ágil y flexible para adaptarse al entorno, evitando tomar decisiones drásticas y precipitadas a cada cambio normativo que se produzca.